Esto no es un cuento

Esto no es un cuento, es una triste historia real. Su nombre lo he cambiado, Ahora lo llamo Mario, ella no, Como en Zaragoza es normal que te pongan Pilar, pues sigue siendo Pilar, era su amiga íntima desde que eran críos. Mario fue mi compañero durante cinco años. Yo, además de su compañero, era su supervisor. Me desplazaba cada dos semanas de Barcelona a Zaragoza para echarle una mano. Trabajábamos en una multinacional farmacéutica formando a cirujanos en cirugía poco invasiva.

Mario era soltero y le gustaba disfrutar de la vida. En los viajes de empresa nos adjudicaron ser compañeros de habitación. Entre semana siempre quedaba algún día con Pilar para cenar. Recuerdo las cigalas del mercado de Zaragoza. Era de noche y estábamos solos en el restaurante, tengo las manos grandes y las dos abiertas a tope eran más chicas que las cigalas. Más tarde tomamos una copa en un sitio.

Cuando la empresa nos envió a Paris, a hacer un curso de cirugía laparoscópica, hicimos de turistas de catálogo. Que si el Louvre, La torre Eiffel y toda esa mierda que yo ya conocía desde 1975, Mira que es una ciudad aburrida, chula, pero aburrida. Afortunadamente, a los pocos meses nos enviaron a Hamburgo, allí matábamos cerdos para aprender técnicas quirúrgicas, y luego nos zurrábamos de cerveza en unos sitios donde había matrimonios y grupos de amigos que se bebían el mundo a paso lento, porque servir una copa de cerveza en Alemania tarda media hora y sigo sin saber el motivo.

Mario hablaba cada día más de Pilar. Cuando nos enviaron a Cincinnati, se puso un poco pesado, cada dos cerdos muertos por una colicistectomía y una resección pulmonar, me explicaba los años que llevaba enamorado de Pilar. Y me ha dicho que se va a separar. Y sí, Pilar se separó. Volviendo de Finlandia, que vaya frio de mierda, Mario me dijo que se iba a casar con Pilar. Una vida queriéndose y una vida besándose en la distancia.

Era un día normal, la rutina diaria, se había casado una semana antes, y en Barbastro, tras un cambio de rasante sin visibilidad, a Mario le gustaba correr, un tráiler salía de un camino secundario. Mario se estrelló contra el camión y dejó viuda a Pilar.

 

 

 

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