El cerebro.

Vamos de repaso. Neuronas, dicen que son un tipo de células que básicamente se asientan en el cerebro, aunque también en otras partes, y montan un cableado como de electricista al que lo bautizan con un nombre y unos apellidos, y lo envuelven en una carcasa de materia biodegradable. La neurona se iría a tomar por… perdón, a donde sea si no fuera por la Glía, que es otro tipo, varios tipos de células, que hasta hace unos años se cría que eran los ladrillos que aguantaban a las neuronas. Mentira, hacen algo más, y seguramente el resto de la carcasa hace algo más, y aún no sabemos. Pero a esta historia el cerebro, en sí, le importa una mierda.

Es que esta historia va del amor. Manda huevos que el amor sea también algo que se escapa entre los dedos cuando lo quieres abrazar y luego se alquile un piso en tu cerebro. Claro que viniendo de donde venimos, recogemos algunos cientos de años de tonterías, también en esas neuronas de los cojones. El amor no se mira en el espejo, sólo se instala en las puñeteras neuronas, abrimos eso que llamamos ojos, pero no son más que dos jodidas neuronas cotillas que nos enseñan el Sol, las nubes, las pelotitas esas que están repartidas por el espacio y las caras de la gente con la que te cruzas a lo largo de la vida.

¿Hay amores mayores que otros? ¿O son fruto de cuatrocientos años de sometimiento a poderes supersticiosos, falsos y dominantes? ¿Cuántos amores tienes en tú cerebro? Deja el sexo aparte, hablo del cerebro. Posiblemente muchos más de los que piensas. Un buen día los conté. Dejé aparte a mi familia cercana, que como la tengo en casa cada día podrían revelarse, y conté los amores de mi cerebro. Algunos han fallecido, no es mi caso, creo, y me salieron muchos más de los que pensaba. No daba crédito. Unos los llaman amigos, no, no es eso, es familia. Veinticinco. El cerebro puede amar a más de veinticinco personas. Y mira que veinticinco tiene muy mala rima.

Pues eso, que el cerebro es lo que es, somos nosotros y cada uno. Nos cabe casi todo, nuestra historia, nuestra mierda también, nuestros abrazo y caricias, nuestras noches mirando la Luna, nuestros amaneceres, nuestras noches locas, nuestras vomitonas, ese roce de una mano, ese beso robado, esa mujer con biquini rosa, ese hombre con un bastón buscando insectos, ese proyecto de dibujo, esa frase para un cuento, esa célula de Glía que lo aguanta todo.

Enviar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Pin It on Pinterest

Share This
¿Te Puedo Ayudar?