Conocí a Kim un mediodía de julio, con un calor que no os podéis ni imaginar. Estaba sentado bajo un roble, a la sombra, y no paraba de llorar. Kim debía de tener unos ocho años, así, a ojo, suelo acertar bastante con la edad de las personas. Esperé agazapado a que se...

  Me gustan los cristalitos. Tengo un microscopio, un telescopio de tierra, varias lupas, unos prismáticos de 8x30 y unos de teatro, condensadores de microscopios, prismas alemanes pulidos a mano, lentes de máquinas fotográficas viejas, que desmonté, y más cristales...

Todo empezó en una limpieza de la biblioteca, cuando al coger “Estudios de Etología 2” de Niko Tinbergen arrastré “Mi familia y otros animales” de Gerald Durrell y cayó al suelo. Es normal que se quisieran y estuvieran abrazados, llevaban hombro con hombro desde 1992....

Sé que se llamaba Jacinto, en el barrio lo llamaban Retinto por ese color de piel cetrino que al llegar el calor vira de oliva a marrón guarro, pero nunca tuve cruce de palabras con él. Jacinto era el pobre oficial del barrio. Enjuto, vestido con ropas que cogía de...

Y le salió una mancha al cielo. La mancha creció y se comió el azul, dejando ese techo gris pesado. Al cabo la mancha gritó con fuerza y comenzó a llorar. El grito fue de rabia y el llanto de impotencia. No sería suficiente para inundar la tierra y eso cabreaba mucho...

Hace muchos, muchos años… No, así es como empezaban los cuentos de antes. El “Érase una vez” tampoco tiene pinta de valer. Pues yo qué sé. Que hubo un monstruo muy grande en algún momento de la historia y que no tenía nombre, los monstruos grandes no son muy de...